NO ENCONTRAMOS LAS PALABRAS | FLORENCIA FLANAGAN
No encontramos las palabras
El cuerpo de esta exhibición abre un espacio de contemplación y exploración donde la artista nos aproxima a distintas formas del saber, transformando la incertidumbre en un modo de sentido para su práctica. Su obra surge desde la intuición: experimenta con tacuara, lana merino, washi, tinta y pigmentos dorados, marcando el pulso de una producción matérica donde el dibujo se convierte en pintura y el ensamblaje en escultura, ofreciéndonos una secuencia que se lee como sitio específico en la sala.
Florencia trabaja con el negro sobre negro, extendido en capas densas, repeticiones y trazos de tinta china que configuran figuras botánicas al borde de la abstracción. Allí, el límite entre la imagen y el gesto se vuelve permeable. El jardín de su casa en El Pinar aparece como fuente de imágenes: cañas, árboles, hongos, barro y verde componen una geometría vertical donde las raíces se afirman y los tallos ascienden, condensando la lógica de un ciclo que también estructura su deseo. Esa fuerza se traslada a la obra como un movimiento constante entre sostenerse y expandirse.
Durante su pasada residencia en Bolivia, la artista se acercó al pensamiento de Elvira Espejo a través de La crianza mutua de las artes _ , un texto que entiende la creación como acto colaborativo con los materiales y con las fuerzas que contienen. Esa perspectiva de reciprocidad orienta su práctica hacia una producción que escucha y dialoga con el material, amplificando lo que ya posee memoria. Así, las piezas resuenan con ecos de culturas ancestrales en el cruce de lenguajes y técnicas provenientes de Japón, Latinoamérica y África; entrelazadas en una trama común, se instalan como presencia abierta e invitan a interrogar qué saber compartido habita en nuestra experiencia colectiva.
Darío Invernizzi
Florencia Flanagan (Uruguay, 1968)
Su práctica deviene del dibujo y se expande a la instalación, el textil, la performance, la pedagogía y la curaduría. Explora el cuerpo como territorio afectivo y relacional, e investiga modos de construir conocimientos colectivos para el buen vivir. Actualmente está enfocada en un proceso de regeneración con su maestra, la caña tacuara. Realizó más de setenta exhibiciones en Uruguay y el exterior, destacando su Antológica Al agua no le importa que sea viernes en Centro de exposiciones Subte, Tejer el manto en Museo Nacional Artes Visuales. Representó a Uruguay en la Bienal de Lima, y en la Bienal del Mercosur. Sus obras forman parte del acervo público y colecciones privadas de Uruguay y el exterior. Dirige la Escuela Itinerante, plataforma de educación artística que se desplaza por distintos contextos.
Fotografías por Fiorella Benavides
